lunes, 22 de marzo de 2010

El Poder de Un Sueño.


Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para comenzar a crear nuestro futuro. Sin embargo, muchos nos encontramos sin una clara definición de nuestro propósito en la vida, pasando por alto las semillas que Dios ha plantado en nuestro interior. He querido compartir esta síntesis del Libro, “El Mapa Para Alcanzar el Éxito” cuya autoría le pertenece a John Maxwell, con la intención de motivarles a conocer su sueño, el sueño que proviene del corazón de DIOS, por el cual debemos esforzarnos a identificar los talentos y ese don perfecto, que hemos recibido de parte de El, para accionarlos y desarrollarlos, y de esta manera comenzar a emprender nuestro viaje al crecimiento integral, avanzar, en pos de ese Sueño, y alcanzarlo con su ayuda, gracias al poder que esta a nuestra disposición.
“Cada uno de nosotros tiene un sueño en su corazón. No hablo de querer ganar la lotería, ese tipo de idea que viene del deseo de escapar de nuestras circunstancias presentes, y no del deseo por buscar un sueño del corazón. Hablo de una visión interior profunda que habla al alma misma. Es aquello para lo que hemos nacido. Lo cual requiere de nuestros dones y talentos y enciende nuestro sentido de destino, inseparablemente unido con el propósito de nuestra vida.
El sueño nos inicia en el viaje al éxito.
Cuando busco el nombre de una persona que identificó y vivió su sueño, pienso en el pionero de la industria automotriz y visionario Henry Ford. Él dijo: «Todo el secreto de una vida exitosa es descubrir qué estamos destinados a hacer, y luego hacerlo». El sueño de Ford nació de su interés por todo lo que fuera mecánico. Desde su niñez tuvo la pasión por estudiar y reparar maquinarias. Aprendió por cuenta propia sobre máquinas de vapor, relojes y motores a combustión. Viajó por el campo haciendo reparaciones gratuitas, se hizo mecánico y relojero. Trabajó como ingeniero nocturno en la Detroit Edison Company. En 1896, construyó su primer automóvil en el cobertizo trasero de su casa. Luego, siguió pensando en cómo mejorar sus esfuerzos, y estudió el trabajo de otros constructores de coches. De su amor por las maquinarias y su curiosidad por el automóvil creció el sueño de Ford: Un automóvil de bajo costo y de producción masiva. En 1899, ayudó en la formación de la Detroit Motor Company. Pero cuando sus compañeros de organización pusieron obstáculos a la idea de fabricar su producto en forma económica para venderlo en forma masiva, dejó la empresa. Sin embargo, mantuvo su sueño, y finalmente sus esfuerzos rindieron fruto. En 1903, organizó la Ford Motor Company y comenzó a producir el modelo T. El primer año la compañía produjo seis mil autos. Pero ocho años más tarde producía más de 500.000. Arreglándoselas para reducir el precio inicial de venta de US$850 a solo $360.
El sueño de Ford era una realidad.
Quien tiene un sueño conoce a lo que tiene que renunciar con el propósito de avanzar.
Ford ha sido llamado genio, acreditándosele el nacimiento de la línea de ensamblaje y la producción en masa. Sin importar lo que haya obtenido personalmente, su mayor ganancia fue su sueño y la disposición de dedicarse a él.
Un sueño nos da dirección:
¿Ha conocido alguna persona que no tiene idea de lo que quiere hacer en la vida y que a pesar de esto haya sido exitosa? Yo no. Y apuesto que usted tampoco. Todos necesitamos apuntar en alguna dirección. El sueño nos da eso, actúa como una brújula, e indica qué dirección debemos ir. Y mientras no se haya identificado esa dirección correcta, no se sabrá si se está progresando. Nuestras acciones probablemente, nos lleven hacia atrás en lugar de llevarnos adelante, perdiendo las oportunidades necesarias para ser exitoso.
Un sueño aumenta nuestro potencial:
Sin un sueño, podemos tener problemas para descubrir nuestro potencial interior, pues no vemos más allá de las actuales circunstancias. Pero con un sueño, comenzamos a vernos bajo una nueva luz, como poseedores de un nuevo potencial y capaz de avanzar y crecer hasta alcanzarlo. Toda oportunidad que encontramos, cada recurso que descubrimos, cada talento que desarrollamos llega a formar parte de nuestro potencial para crecer en dirección hacia ese sueño. l. E. Paul Jovey dijo: «El mundo de un ciego está limitado a lo que toca; el mundo del ignorante queda dentro de los límites de su conocimiento; el mundo de un gran hombre por los límites de su visión». Si su visión—su sueño—es grande, así será su potencial para el éxito.
Un sueño nos ayuda a establecer prioridades:
Un sueño nos da esperanza para el futuro, y además nos da poder en el presente. Nos Posibilita el establecimiento de prioridades en todo lo que hacemos. Identificando a lo que tenemos que renunciar, con el propósito de avanzar. Debemos concentrarnos en lo que nos acerca más a ese sueño y prestar menos atención a lo que no contribuye a este propósito. Irónicamente, mucha gente hace exactamente lo contrario. En vez de concentrarse en su verdadero sueño y dejar lo de menor importancia, quieren mantener abierta todas las alternativas. Dedique el tiempo y las energías exclusivamente en que lo lleven más cerca de su sueño. Concentrarse en las pocas cosas que marcan la diferencia, y lo mantienen en el camino correcto.
Un sueño agrega valor a nuestro trabajo:
Un sueño pone en perspectiva todo lo que hacemos. Aun las tareas que no son interesantes ni tienen una recompensa inmediata, cobran valor cuando sabemos que a larga contribuirán a la realización del sueño. Cada actividad se convierte en una pieza importante de un cuadro más grande. Ej; la historia de un periodista que hablaba de tres obreros de la construcción que ponían concreto en un lugar.
— ¿Qué estás haciendo?—preguntó al primer trabajador.
—Me estoy ganando un cheque—gruñó. Le hizo la misma pregunta al segundo obrero, quien lo miró por encima del hombro y le dijo: « ¿Qué le parece que estoy haciendo? Estoy
Mezclando concreto».
El tercer trabajador sonreía y silbaba mientras trabajaba.
— ¿Qué haces?—le preguntó. Dejó lo que estaba haciendo y con entusiasmo dijo:
«Estoy haciendo un hogar para los desamparados». Se limpió las manos y continuó: «Mire, allí estará la cocina. Allá el dormitorio de las mujeres. Allá…»
Los tres estaban haciendo el mismo trabajo. Pero solo el tercero estaba motivado por una visión mayor. El trabajo que hacía cumplía un sueño, y agregaba valor a sus esfuerzos.
Vince Lombardi decía: «Creo firmemente que la mejor hora de cualquier hombre—su mayor realización por sobre todo lo que considera importante—es el momento cuando ha puesto su corazón en una buena causa y queda exhausto en el campo de batalla, victorioso».
Un sueño provee la perspectiva que hace posible ese tipo de esfuerzo.
“Creo profundamente que el poder más grande en el mundo es el poder de pensar que hay posibilidades. Si su sueño ha venido de Dios, lo que usted necesita es ejercer este poder que hace milagros, y puede alcanzar esa meta, aparentemente inalcanzable. Usted encuentra su sueño, su propósito, su meta y luego crezca dentro de ese sueño y descubra su máximo potencial.”

Robert H. Schuller
Catedral de Cristal
Garden Grove, California